Apenas hace cuatro días, los chinos dieron un golpe sobre la mesa. ¡Buuum! Y toda la fanfarronería yanqui (y occidental en general) se convirtió en una caricatura.

Si ChatGPT tardó alrededor de un mes en empezar a ser tomado en serio, Deepseek, en su primer día de lanzamiento, provocó pérdidas bursátiles de 600.000 millones de dólares a Nvidia. Y al día siguiente ya recibió ataques virulentos en respuesta. ¡Baaam!

Todo esto tiene más que ver con la geopolítica que con la tecnología, y mucho menos con el bienestar de los consumidores. Ahora bien, mientras los gigantes se dan garrotazos, nosotros podemos aprovechar su artillería.

Ya conocemos ChatGPT, y ya sabéis que es mi herramienta de IAG favorita. Pero, ¿qué pasa con Deepseek? ¿Vale la pena?

Lo he estado utilizando desde el día de su lanzamiento y ya os adelanto que su rendimiento me gusta mucho. Mucho, pero mucho. Para empezar, podemos trabajar con él exactamente de la misma manera que hemos aprendido a hacerlo con ChatGPT. Habla en catalán, y lo hace bastante bien. Los textos que genera son de calidad. Añadamos que es transparente en el “razonamiento” que hace antes de empezar a escribir, que está conectado a Internet y que es totalmente gratuito, sin opción de pago.

Para tareas que no requieran GPT personalizados ni el maravilloso lienzo, usaré Deepseek, y os iré contando qué voy consiguiendo.

Un primer ejemplo de su trabajo

Empiezo con un primer prompt de contexto, sin trabajármelo mucho:

Si activamos el DeepThink, enseguida escribe cuál es su “razonamiento” y qué pasos sigue para responderme. En eso, hace que ChatGPT pase por debajo de la mesa de billar. A veces lo escribe en inglés, un problema menor.

Y justo a continuación, responde esta maravilla (teniendo en cuenta que mi prompt es mediocre).

Bastante bien, ¿no?


Aquesta obra té la llicència CC BY-NC-SA 4.0

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